El acoso escolar no es solo un problema entre el agresor y la víctima. Los espectadores también juegan un papel clave. Cuando alguien presencia una situación de acoso y no interviene, indirectamente está permitiendo que continúe.
¿Por qué el silencio también es un problema?
Refuerza al agresor: El acosador siente que su comportamiento es aceptado o incluso celebrado si nadie lo detiene.
Deja a la víctima sin apoyo: El silencio de los testigos hace que la víctima se sienta aún más sola e indefensa.
Crea un entorno tóxico: Si nadie interviene, el acoso se vuelve parte de la cultura escolar, afectando a toda la comunidad.
¿Qué puedes hacer si presencias acoso?
No rías ni apoyes el acoso. Aunque parezca una “broma”, el bullying siempre tiene consecuencias reales.
Apoya a la víctima. Una simple palabra de apoyo puede marcar la diferencia.
Informa a un adulto. No es “delatar”, es proteger a alguien que lo necesita.
Promueve una cultura de respeto. Pequeñas acciones, como incluir a todos y fomentar la empatía, ayudan a erradicar el acoso.
¿Cómo KiVa ayuda a cambiar esto?
El Programa KiVa enseña a los estudiantes, docentes y familias a identificar el bullying y actuar en su contra. A través de herramientas prácticas y estrategias basadas en evidencia, transformamos las escuelas en entornos seguros y libres de violencia.
Si en tu colegio aún no se han tomado medidas efectivas contra el acoso, ¡es momento de actuar!
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